sábado, 2 de junio de 2012

Un Rubik llamado vida


La vida como el rubik o el rubik como la vida, que más da.

Ya dijeron que la vida es una tómbola de luz y de color, que es la rueda de la fortuna, la lotería entre mil cosas más. Así que mi comparación no difiere de mucho, ah y tampoco es un análisis experto sobre filosofía y aspectos existenciales.

Lo pensé ayer justo en un bus de la 101-B,  en el tipo que armo el cubo en pocos segundos y ya ven tanta tontera que se nos cruza por la cabeza para distraernos del miedo de ir en el colectivo.
Dije: "Vaya es de astutos emparejar todos los colores, las seis caras, y cuando se mueve uno se destartalan los demás: C'est la vie"

¿A caso no sienten que aunque completen colores en la vida, hay otras caras que aún siguen dispares?
 Bueno, yo sí. Pero se necesita un poco de paciencia, estrategia y astucia para lograr uniformidad en la vida, y otros ingredientes que dicen los pasquines de superación de Cesar Guzmán. Quizá nos tome todo nuestro caminar emparejar los colores, hay gente que nunca lo logra ni le interesa (como en mi caso), otros esperan que alguien lo haga por ellos, pero están los que luchan todos los días por completar todos y cada uno.

¿Quiénes hacen lo correcto? No lo sé, eso sí, necesitamos colores y diversidades que nos ayuden a hacer de nuestra vida algo fuera de lo común.
Imaginen al rubik con todos sus colores en sus caras y sitios, yo me sentiría tentada a deshacerlo para armarlo y sentir que lo logré para luego repetir lo mismo.

Así que no se sientan culposos si  sus cubos jamás terminan de encajarse, y si ya está encajado olvídese que está viviendo, solo espera morir con una vida perfecta sin haber logrado mayor cosa...

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